Piscinas de hormigón
Este tipo es muy común y es menos costoso que otras clases de piscinas. Su principal ventaja es que se adapta a cualquier forma y tamaño. Podremos hacer un diseño personalizado para nuestro hogar y contar con la profundidad que deseemos.
Tendremos, además, a nuestro alcance gran variedad de acabados, desde pintura a azulejos.
La realización de este tipo de estructuras se divide en etapas. En primer lugar partiremos del diseño de la piscina final. Posteriormente se excavará y se instalará una estructura de acero y la fontanería general. Tras estos pasos, se proyectará el hormigón y se colocarán las baldosas o el acabado elegido para nuestro proyecto.
Su coste es menor que el de una piscina de fibra de vidrio, pero tendremos que contar con que la realización de esta suele durar de 8 a 12 semanas. Pero, sin duda, se trata de una piscina resistente que ofrece innumerables tipos de acabados y formas.
Otro punto a tener en cuenta es que se deberá instalar en suelos firmes, ya que si se realiza en zonas poco estables podrán agrietarse o resquebrajarse.